martes, 27 de abril de 2010

Voglio Volere

Esto de intentar llevar una vida seria y normal se me va de las manos, no puede ser que sea sábado por la noche y esté aquí sola en casa (aunque no sea oficialmente mi casa). Han pasado ya unas semanas desde aquel incidente con Mr.5B, cada vez se me complica más la cosa en el trabajo y me deja menos tiempo para pensar en mi misión... Creo que debería hacerme una pizza... Pongo un poquito de música, Ligabue siempre ayuda. Estoy pasando por una especie de "periodo di merda" como mi querido Marco lo describiría. Un periodo en el que no tienes estímulos y estás como estancada, sin ilusiones. Ahora entiendo entre otras cosas porqué se fue J., debe ser frustrante con toda la situación que tenía y ese bufete, ese maldito bufete. La gente es muy simpática, me llevo realmente bien con Sandy y alguno más, pero es "ese ambiente" que se respira, de división, de quebrantamiento y hostilidad que se respira en ocasiones... Es como una gran familia en la cual las cuñadas se lanzan los cuchillos cuando se giran los maridos y los primos se tiran de las coletas. Pero pagan bien, es competitivo y por lo tanto me hace crecer profesionalmente con nuevos retos y... se lo debo a J. A veces, me gustaría que la gente se tomara un poco menos en serio las cosas, que todo sea un poquito más "a mi medida". ¡La gente se molesta tanto por planearse y ganarse la vida, que se olvida de disfrutarla! Es importante también ese equilibrio, aunque cueste reconocerlo... Y creo que hay un vecino ceñifruncido que debería pensar en ello... Me dirijo a la cocina y escojo los ingredientes, amaso y horneo con cuidado al son de "Libera uscita". Cuando termino, me quito el delantal, cojo un plato grande y vierto la pizza ahí, la verdad es que tiene una pinta estupenda. Subo al quinto piso y, antes de que golpee la puerta, una chica morena de unos 22 años me abre la puerta arregladísima y guapísima. Me da un vuelco el corazón.

-Oh, hola- digo de repente, nerviosa. Shit! Creía que había superado esa parte...

-Hola, tú eres...- tan guapa despampanante y perfecta, que me siento como una patata olvidada en un plato de bacon cheese fries a la que no le ha caído salsa...

-Perdona, soy Adriana, la vecina del primero, es que el otro día tuve un incidente con tu... novio?- de pronto, me siento una sucia y una buscona. Sin embargo la chica parece opinar algo distinto porque después de unos instantes de sorpresa estalla en carcajadas.

-No, por Dios, soy Meaghan, encantada. Estoy de visita en casa de mi malhumorado hermano, Patrick..., al que debes haber conocido tú...

-Bueno, más bien pensaba que su nombre era algo así como un conjunto de maldiciones al aire, ya que es lo máximo que he podido sacarle, pero gracias jajaja

-Espera un momentito,- se gira hacia dentro y grita- PAAADDY!!! ES PARA TIIII!!!

Se vuelve a reir de mi cara atónita y se pone los zapatos en el rellano.

-Yo me voy de fiesta, encantada Adriana!!

Un carraspeo me hace volver a la tierra y dejar de mirar el ascensor que ya ha bajado a portería.

-Hola- digo con una amplia sonrisa, al no recibir por respuesta más que una interrogante mirada prosigo- la verdad es que no es normal en mí estar sola y aburrida un fin de semana por la noche en casa así que no sabía que hacer y he cocinado... Y como el otro día te molesté un poco con el agua de las plantas y eso, había pensado en arreglarlo con un poco de pizza.

Le extiendo el plato con mi obra maestra y él lo coge mirándome extrañado como si estuviese esperando que saliera una mujer con un micrófono y fuera una cámara oculta. Cuando pasan unos segundos de silencio y nada sucede, decido ir hacia el ascensor en dirección opuesta a mi tácito vecino.

-Eso es todo, perdón por haber molestado- digo abriendo la puerta, mientras siento su mirada clavada en mi nuca

-Gracias Adriana- escucho mientras se cierra la puerta del ascensor. Eso supone el segundo vuelco de corazón de la velada, ¡se ha dignado a dirigirme la palabra!

Cierro la puerta de casa con un sabor agridulce, me había dejado a mi querido Luciano cantando en la cocina. He conseguido que Mr.5B me hable, he conseguido su nombre, y he averiguado que no tiene novia, o mejor dicho que su hermana no es su novia. Sin embargo, parezco repugnarle tanto o más que el primer día. Lo que me faltaba, siento ganas de entrar a un grupo de apoyo y decir "Hola, soy Adriana, tengo 25 años, estoy perdida en la vida, llevo más de un mes sin salir de fiesta y le doy asco a mi vecino sexy."
"Bienvenida Adriana"- oigo corear a la parte trasera de mi cabeza.

Voglio volere
io voglio un mondo all'altezza dei sogni che ho
Voglio volere
voglio deciderlo io se mi basta o se no
Voglio volere
voglio godermela tutta fin quando si può, si può

1 comentario:

  1. Completamente Gilipollas dijo...
    Si todos los sábados por la noche que paso solo repitiese "esto no puede ser" haría años que me habria tirado por la ventana. En realidad lo hice pero como vivo en un entresuelo solo conseguí romperme las gafas. Ahora paso la noche de los sábados solo y con unas gafas unidas por cinta aislante sobre mi aguileña nariz.
    Muy bueno su texto.
    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

    27 de abril de 2010 22:39

    ResponderEliminar