miércoles, 14 de julio de 2010

Bee

Frío, frío, congelamiento, siento que los deditos de los pies se me van a caer uno a uno y la piel se me tensa sobre los huesos convirtiéndose en piedra próximamente. Definitivamente, no es buena idea salir en sandalias cuando vas a aterrizar en un país en el que es invierno. Obviamente no hace taaaanto frío, dentro de lo que cabe la temperatura es moderada, pero nos han hecho ir andando por la pista hasta la terminal y durante 7 interminables minutos creía que me iba a morir. Mi tortura no ha terminado al llegar a la terminal, ya que me esperaba un estresante interrogatorio de bienvenida a nuestro país antes de poder recoger mis maletas...
El abrazo que me ha dado Diego al verme ha sido cuanto menos memorable, hacía más de dos años que no nos veíamos, pero sigue teniendo ese aroma característico cuando estás cerca de él que te hace sentir en casa. Tras un viaje demasiado largo para mi gusto hemos llegado a su casa, las tres de la mañana, se ha disculpado por irse a dormir pero al día siguiente tiene que trabajar. Yo tengo el horario trastornado (y algo de hambre) así que tras dejar la maleta en la habitación decido explorar el lugar. Se que no es buena hora y que no conozco las calles como para aventurarme sola, pero mis tripas rugen y juraría que en distintos idiomas para hacerse entender; de todas formas, Diego vive en muy buena zona. Contrariamente a lo que se puede esperar de un hombre serio y respetable, no vive en una zona residencial tranquila ni nada por estilo, sino en el barrio de moda bohemio en el centro de la ciudad. Me abrigo un poco y bajo sin rumbo fijo... es una zona con mucho encanto, cantidad de locales pequeñitos pintorescos, pubs y casitas bastante peculiares.
Un olor en especial me llama la atención. SI, lo se, que estoy en Australia, que tengo que probar la comida local, pero ¡ya habrá tiempo! Lo que ahora me apetece es una pizza calentita abrasándome la garganta y he encontrado lo que buscaba. No hay mucha variedad en cuanto a pizzas, pero da igual, me pido una funghi y la pago. La chica se queda mirando con cara rara el dinero que le he dado, me señala un billete de un dolar, dice que ellos no usan de esos, asi que le doy uno de cinco y me siento a esperar. Ya me pesa un poco la cabeza, en realidad el viaje me ha dejado agotada... Tardo unos instantes en darme cuenta de que alguien me está llamando desde el mostrador, la alarma de la pizza no puede ser, porque está apagada de momento...

-Se te ha olvidado el cambio- dice la chica extendiéndome unas monedas
-Ostrás, gracias- digo todavía aturdida
-¿Me dejas ver el billete?- me pregunta un chico con acento marcado
-Sí, claro, te lo doy si quieres- de repente la niebla que cubría mis ojos se va y veo a un chico monísimo con el pelo castaño despeinado, ojos azules y barbita corta
-No, no- dice después de mirarlo con cara graciosa a la luz de los fluorescentes, me ofrece una moneda de un dolar- toma
-¿Qué?
-Te lo está comprando- me dice la chica como en susurros- es un coleccionista de monedas
-Pero que no, de verdad, que no me sirve igualmente...
-¿Dónde lo conseguiste?- me pregunta el pizzero buenorro todavía mirándolo asombrado con una expresión bastante graciosa de desconcierto en la cara.
-No lo se, me lo dieron con el cambio supongo...
El chico me sonrie y me da su moneda de dolar en la mano
-Muchas gracias

Me vuelvo abrumada a la silla, vaya cosas más raras me pasan... mientras tanto intento intercambiar alguna mirada con el pizzero. Finalmente, la alarma se activa y acudo a que me de mi pizza.

-Muchas gracias, hasta luego- digo antes de salir por la puerta. Definitivamente, Australia me gusta mucho más que Reino Unido.

I feel like a little kid again
No worries for me to understand
Fall in love each night and then
Waking up with the feeling that I can't
Describe I love this life
It just gets better

My world hears on buzzing to the sound of my heart
Going hmm hmm hmm
And this is only the start

1 comentario:

  1. Óigame usted: escribe de maravilla. ¿Rugir las tripas en diferentes idiomas para hacerse oír?
    Me quito el sombrero ante usted. Bueno, la bolsa de papel...
    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

    ResponderEliminar